Xbox ONE

 Xbox One ¿El futuro de la vida?



Concebido como el sistema de entretenimiento de Microsoft para los próximos diez años, Xbox One es más que una consola de videojuegos. La compañía de Redmond pretende que el sensor Kinect se convierta, junto a la máquina, en el centro del entretenimiento del hogar ofreciendo la máxima interacción posible entre el usuario y lo que se muestra en la televisión.
Especificaciones técnicas de Xbox One:
  • CPU X86-64 AMD Custom basada en esquemas Jaguar a 1,75 Ghz por núcleo con un             total de 8
  • GPU AMD Radeon
  • GDDR3 8GB
  • Blu-ray
  • USB 3.0
  • Ethernet
  • IEEE 802.11
  • Bluetooth 2.1
  • HDMI In-Out
  • Kinect 2.0. 

Lo que te llevas a casa con Xbox One



El bundle de lanzamiento de Xbox One incluye la consola, un control, el sensor Kinect, la fuente de alimentación y el cable HDMI, todo por $8,499 pesos. Las preventas del primer día, conocidas como Day One, ofrecen además FIFA 14 en edición descargable y diferentes añadidos para los juegos de lanzamiento, entre ellos RYSE: Son Of Rome y Dead Rising 3. La edición Day One también cuesta $8,499 pesos.



Hardware y diseño



Para gustos los colores... y los diseños de las consolas. La presentación llevada a cabo en el pasado E3 sirvió para que la consola de Microsoft fuera comparada con un simple DVR. Curiosamente, esa descripción iba a ser precisamente la que el propio fabricante quisiera utilizar para su plataforma de juegos, pero antes de entrar en detalles, pasemos a echar un vistazo al diseño de esta Xbox One. La carcasa utiliza un único color, pero gracias sus distintos acabados, con terminaciones en brillo y mate, consigue ofrecer dos tonos diferentes con los que dar un toque distintivo al equipo. Al igual que en la Xbox 360 S, este modelo incluye botones que responden al tacto, con el botón de encendido escondido en el logo frontal y el de extracción del disco también camuflado en el diseño de la pletina frontal. La nota negativa llega con la colocación, ya que el hardware (posiblemente la unidad óptica) ha obligado que esta Xbox One requiera estar siempre en posición horizontal, por lo que no podremos colocarla en vertical como las versiones anteriores.


El minimalismo es tal, que los puertos USB frontales se han eliminado, trasladando uno de ellos a un lateral y otros dos a la parte trasera. Esta medida, aunque permite conseguir un frontal más limpio, seguro que no gustará a aquellos que prefieren hacer uso del "kit carga y juega" con el que poder recargar las baterías del gamepad, ya que dependiendo de la colocación de la consola, conectar el USB en el puerto lateral podría resultar incómodo en más de una ocasión. Todo lo demás está en la zona trasera, encontrando el conector de alimentación, una entrada y una salida HDMI, salida óptica, dos puertos USB, una salida de infrarrojos, Ethernet y ranura de seguridad Kensington.


Kinect 2.0


Resulta bastante interesante ver cómo ha evolucionado el accesorio de Microsoft. En primer lugar, la barra sensora llega como periférico obligado en la compra, siendo imposible adquirir una Xbox One sin este dispositivo. Esto evidentemente hace pensar en un irremediable uso de las acciones por voz y gestos ante la pantalla, pero no es así. Podemos jugar, navegar por el menú y hacer uso de todas las funciones sin necesidad de mover un brazo o abrir la boca, aunque es cierto que el perfecto funcionamiento del equipo hace que determinadas funciones sean más fáciles de ejecutar con un comando por voz que haciendo clic sobre un elemento del menú.

Pero Kinect 2.0 no es el mismo Kinect que conocíamos. Ahora su focal abarca muchísimo más, y esto ha permitido que su utilización requiera como mínimo 1,4 metros de distancia entre tú y la barra sensora. Donde antes nos cortaba la cabeza, ahora nos verá la cara y los pies, siendo esta una mejora bastante reconocida por aquellos usuarios que no disponían de un salón o una habitación más grande de la cuenta. Pero sin duda lo que más nos ha llamado la atención... es precisamente que no requiere de la nuestra. Antes para activar el perfil teníamos que saludar a la cámara, sin embargo, ahora sólo tendremos que asomarnos para que Kinect nos reconozca y ponga en marcha nuestro perfil. Lo mejor sin duda es que reconoce a más de una persona, así que si estás acompañado y esa persona tiene perfil en la consola, Kinect iniciará también su sesión.



El mando


Con un diseño muy similar que el de la versión de Xbox 360, el nuevo gamepad de Xbox One esconde pequeños detalles que lo hacen mejor mando. Era una tarea bastante difícil, ya que el controlador de Xbox 360 ofrecía una ergonomía bastante buena que consiguió encandilar a bastante jugadores, incluidos los propios de PS4. Este elemento llega con un nuevo diseño con pulsadores más rígidos y firmes, olvidando las ocho posiciones que ofrecía el anterior modelo (aunque la última versión del mando ofrecía la posibilidad de cambiar de 8 a 4 posiciones con un giro en la cruceta).

En lo que a los sticks respecta, ahora son ligeramente más pequeños, pero no por ello menos manejables. Los botones de acción siguen manteniendo la misma distribución, aunque presentan una pequeña curvatura sobre el plano con la idea de buscar la orientación natural del pulgar.

Otro de los puntos más destacados en el nuevo gamepad de Xbox One son los gatillos. El mayor cambio afecta a la parte inferior de estas piezas, que presenta un diseño muchísimo más ergonómico que hace encajar perfectamente los dedos cuando estos buscan su pulsación. Además, Microsoft ha incluido un par de motores de vibración a estos botones con los que poder recibir más sensaciones apticas, además de los clásicos vibradores que se encuentran en el cuerpo del mando. Así, por ejemplo, podremos notar el derrape del vehículo cuando aceleramos o la entrada del ABS cuando frenamos bruscamente en Forza 5.

No nos olvidamos del botón Guía, ahora iluminado con un atractivo LED blanco y colocado en una posición desde la que no es posible pulsarlo por accidente. Este botón se mantiene casi a ras, por lo que resulta muy complicado presionarlo sin querer, pero sus funciones son las mismas que las de antes, así que los cambios sólo llegan a nivel estético y de colocación.




El sistema


Microsoft ha aplicado cambios en todos los apartados posibles, incluyendo el software del sistema. Como ya adelantábamos anteriormente, el dashboard presenta un gran parecido con Windows 8.. El resultado es una interfaz que sonará a todos, ya sean usuarios de Windows 8 o no, ya que también estará en concordancia con Windows RT o con Windows Phone 8. Aunque las secciones están bien diferenciadas (Marcas, Inicio y Tienda) y para ejecutar un juego no necesitamos demasiados rodeos, lo cierto es que tenemos la sensación de que no tenemos el control absoluto de la consola. Sentimos que hay cosas que se nos escapan y que cuando llegamos a un apartado debería de existir una manera más rápida y directa para obtener el mismo resultado.








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